- Emoción positiva: Gratitud
- Personaje principal: Rey Oso
Escena 1
Hace mucho, mucho tiempo, en las profundidades del antiguo bosque, yacía ahí el Reino del Roble, un reino muy pacífico y próspero. Ahí todos eran buenos con todos, todos eran muy felices ahí. Y todo esto, era gracias al gobernante del reino, el Rey Oso, el era un gran gobernante. Era sabio, fuerte, astuto y responsable, sin embargo, él tenía un pequeño problema, y ese era, que no era para nada amable. El rey Oso, a pesar de ser muy buen rey, no era amable con sus súbditos y sirvientes, y era bastante gruñón. Cuando lo ayudaban en su labor, le traían su comida, lo saludaban o simplemente eran amables con él, él no respondía para nada, ni un solo “gracias” salía de su boca”. Si estaba en su cuarto, y alguien entraba sin su permiso el rey Oso se enfurecía tremendamente, e incluso si no tomaba represalias, se quedaría enojado todo el día.
Esto, incluso si no les gustaba a los habitantes del reino, no podían hacer nada, así que simplemente lo dejaban pasar.
Escena 2
Un día, un mensajero del Rey de la Capital vino cabalgando hasta el Reino del Roble, ya que tenía algo muy importante que informarle al Rey Oso. Cuando el mensajero llegó, fue corriendo lo más rápido que pudo con el rey, cuando llegó le dijo al Rey Oso que tenía un mensaje muy importante que venía desde el Rey de la Capital. Esto era que, en cada generación de reyes cada cierto tiempo, se hace una encuesta a cada uno de sus reinos sobre su rey, para poder saber si el rey está haciendo un buen o mal trabajo.
Si en la encuesta hay muchas quejas hacia el rey, se le dará una prueba, la cual durará una semana. Y durante esa semana al rey se le quita su poder como rey, y tendrá toda esa semana para poder reflexionar y mejorar en lo que requiera para ello.
Justo después de eso, la encuesta se realizo y el Rey Oso estaba
completamente preocupado respecto a esto, camino en su sala por mucho rato, esperando los resultados, hasta que de repente, el mensajero entro diciendo “Rey Oso, por orden del Rey de la Capital, usted será sometido a la prueba de los Reyes” y durante una semana perderá todos sus derechos como Rey.
Escena 3
El Rey Oso estaba atónito, no podía creer que su pueblo le hiciera esto.
Cuando desesperadamente le preguntó al mensajero, este le respondió “Todas las encuestas decían lo mismo, el Rey Oso es un malagradecido y gruñón”.
El Rey Oso, no podía comprenderlo, en su cabeza esto no tenía sentido, y mientras el pensaba en esto, el fue despojado de su poder de Rey.
“1 semana, tiene una semana para reflexionar sobre lo que hace mal, e intentar recompensar al reino con sus actos, si lo logra, al final de la semana recuperará su trono, y si no, alguien más lo tendrá”.
El Rey Oso, preocupado y confundido, camino solo por su reino intentando encontrar la respuesta a su problema, hasta que llegó a una fuente y se sentó ahí a pensar.
En eso, una pelota vino rebotando a sus pies, y detrás de ella venía un pequeño niño, que iba corriendo por el balón. Pero sin darse cuenta, el niño se tropezó y estaba por caerse de cara sin poder frenarse, pero, con sus reflejos, el rey Oso, atrapó al niño sin ningún esfuerzo y lo levantó.
El niño, volteó al rey Oso, y le dio un enorme “Gracias”, seguido de un abrazo, el Rey Oso se le quedo viendo al niño sin comprender que quería decir, y el niño se le quedo viendo como esperando algo de él, hasta que finalmente le dijo, “Y ahora dice de nada”.
El Rey Oso, extrañado le preguntó al niño que quería decir, y el pequeño niño se rio y le dijo, “Esas son las palabras mágicas, Gracias y De nada; las usamos cuando agradecemos a las personas por algo que hicieron por nosotros, sin importar lo pequeño que sea”.
Al Rey Oso, se le iluminó su foquito, y moviendo los extremos de su boca a una posición que nunca había usado, sonrió y de todo corazón, le agradeció al niño, e incluso si no sabía porque el niño le contestó “De nada”.
Una semana después, el Rey Oso volvió a su palacio, y fue con el mensajero. El mensajero, cuando vio entrar al Rey Oso, se veía bastante complacido, al igual que sorprendido, al ver al Rey Oso entrar con una gran sonrisa en su rostro. El mensajero dijo “Rey Oso, volvimos a realizar la encuesta al reino, y las noticias de que usted logró comprender lo que le faltaba y alegró a su reino incluso sin ser rey, han llegado a nosotros, por lo cual, con toda felicidad, ¡le devuelvo su título de Rey!”
El Rey Oso, lo vio a los ojos, volteó a su reino, y con una gran sonrisa, dijo “Gracias”
Rey Oso: Batería
Niño: Flauta
Pelota: Trompeta
Mensajero: Violín
Pueblo: Fagot
Narrador: Piano